Vocación

Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:

¿ QUÉ BUSCÁIS ?

“Hay muchas maneras de gastar bien la vida, poniéndola al servicio de ideales humanos y cristianos. Si hoy os hablo de consagración total a Dios en el sacerdocio, en la vida religiosa y en la vida misionera, es porque Cristo llama a muchos de entre vosotros a esta extraordinaria aventura. Él necesita, quiere tener necesidad de vuestras personas, de vuestra inteligencia, de vuestras energías, de vuestra fe, de vuestro amor y de vuestra santidad“

San Juan Pablo II – 6 de enero de 1979 (Mensaje a los jóvenes.)

Maestro, ¿dónde vives ?

¡ Venid y veréis !

“La respuesta que muchos de vosotros pueden dar está dirigida personalmente a Cristo, que os llama a estas grandes cosas. Encontraréis dificultades. ¿Creéis quizás que yo no las conozco? Os digo que el amor vence cualquier dificultad. La verdadera respuesta a cada vocación es obra de amor. La respuesta a la vocación sacerdotal, religiosa, misionera, puede surgir solamente de un profundo amor a Cristo. Esta fuerza de amor os la ofrece Él mismo, como don que se añade al don de su llamada y hace posible vuestra respuesta.

 

 

Tened confianza en “Aquel que es poderoso para hacer que copiosamente abundemos más de lo que pedimos o pensamos” (Ef 3, 20). Y, si podéis, dad vuestra vida con alegría, sin miedo, a Él, que antes dio la suya por vosotros.”

San Juan Pablo II – 6 de enero de 1979 (Mensaje a los jóvenes.)

Que nuestro único tesoro sea Dios,

Que nuestro corazón sea todo de Dios, todo en Dios, todo para Dios... Sólo Él.

B. Carlos de Jesús

¿CÓMO DISCERNIR MI VOCACIÓN?

Una vocación es una llamada de Cristo a consagrarse por completo a Él y en Él a dar toda nuestra vida. Se discierne en la oración, pidiendo consejo a una persona consagrada y cercana a Dios, y a través de un contacto personal con una comunidad. Dios quiere nuestra felicidad, y Él sabe mejor que nosotros mismos lo que nos hará plenamente felices. Cristo espera una respuesta libre y personal.

Cristo no  forza nunca nuestra libertad, no temas tomar el tiempo de discernir cuál es la voluntad de Dios para ti.

Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna.

Juan 6