Jornada Mundial de la Juventud 2023

28/8/23

¡JMJ en Lisboa! ¡El desafío se realizó…queremos responder a la llamada del Santo Padre para ir a encontrarlo en Lisboa! Jóvenes del mundo entero se preparan a para vivir este tiempo fuerte de fe, de tradición dada por el gran Papa San Juan Pablo II. Queremos decir al Santo Padre que lo amamos, que rezamos por él y por la Iglesia, que formamos parte de la Iglesia joven que quiere difundir la alegría y la esperanza en el mundo de hoy.

Al inicio de agosto, salimos en peregrinación durante una semana, con una veintena de jóvenes y una veintena de hermanas… de Lourdes a Fátima, hemos vivido una peregrinación mariana para confiar a María nuestra comunidad, nuestras vocaciones, tantas intenciones de oración que nos fueron confiadas por el mundo entero. Nos pusimos en camino con jóvenes de distintos países, hablando todos los idiomas, pero para encontrarnos con lo esencial –el amor de Jesús– necesitamos de pocas palabas. El rezo del rosario, la celebración de la Misa y el canto de los aleluyas ponían acento en nuestra peregrinación.

Compartimos la Palabra de Dios para penetrar en los secretos de Cristo y compartimos las 1000 preguntas de las jóvenes sobre la libertad, la verdad, la fidelidad…

Las dos grandes procesiones con las antorchas de Lourdes y Fátima permanecen grabadas en nuestra memoria.

Qué alegría al acercarnos a Lisboa, el ver a tantos jóvenes que habían dejado sus hogares, sus conforts, sus países, sus costumbres…para venir a pasar la noche a un campo de tierra enrojecida por el sol, con un calor abrumador, donde los puntos para el agua no estaban bien surtidos.

¡Lo que más nos impresionó fue la alegría de los jóvenes!  ¡Es su sed absoluta lo que tanto nos ha marcado! ¡Es el silencio de un millón y medio de jóvenes al pie de Jesús Eucaristía en la velada del sábado 5 de agosto y en la Misa de la Transfiguración del domingo 6 de agosto lo que nos ha marcado profundamente!

Sí, Santo Padre, queremos ser esas estrellas que brillan, consumidas por el amor de Jesús en la oración, entregadas a nuestros hermanos en un espíritu de entrega y acogida que no tiene límites.

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