Mateo 6
Nuestra vida está marcada por el silencio de la oración. Cada día pasamos dos horas en oración ante el Santísimo Sacramento. Rezamos desde el amanecer, "antes de que el mundo se despierte" (Papa Francisco, 4 de noviembre de 2020), para ofrecer a Dios las necesidades del mundo y de la Iglesia y orientar toda nuestra jornada hacia Cristo y a la búsqueda de la voluntad del Padre. Este encuentro personal con Cristo en la oración da el soplo interior a nuestras jornadas. La oración es una escuela para toda nuestra vida.
Vultum Dei, §16
El canto de los oficios ritma cada jornada: vigilias, laudes, sexta y vísperas. Ponemos especial cuidado en la celebración de la Liturgia de las Horas, gran Tradición de la vida monástica.
Beato Carlo Acutis
La celebración de la Misa es la cumbre de cada jornada. La Eucaristía nos permite conformar todos nuestros deseos a los deseos del corazón de Cristo, que ofreció su vida por amor a suPadre y para salvar a todos los hombres. La Eucaristía es el sacramento del amor que profundiza nuestra amistad con Cristo y edifica entre nosotros los lazos de la caridad fraterna.
Papa Pio XII
Rezado en soledad o en comunidad, el Rosario es una oración "maravillosa por su sencillez y profundidad" (Rosarium Virginis Mariae).
Nos enseña a contemplar el rostro de Cristo siguiendo a María.“Madre y Maestra de la perfecta conformación con el Hijo, con su presencia ejemplar y maternal, María es de gran apoyo en la cotidiana fidelidad a la oración. (cf. Hch 1,14)" (Vultum Dei, §16)