1/11/23
"UNA GRAN MULTITUD CANTABA A PLENA VOZ..." ¡ALELUYA! Como dice el Apocalipsis, una multitud inmensa, miríadas de miríadas, los 144,000 redimidos de la tierra, "venid, pequeños y grandes, alabad a vuestro Dios". Pero ¿quiénes son estos "invitados a las bodas del Cordero", ellos que son del " Campo de Dios”, ¿de la “Ciudad Amada”? Y sobre todo... ¿cuántos son?
Para todos aquellos que les gustan los números, ¡sepan que hay más de 20,000 santos y beatos en la Iglesia Católica! Increíble, ¿no? Parece bastante difícil calcular el número exacto, ¿se trata de imprecisión o de misterio?
Por supuesto, ¡es en gran parte gracias a nuestro querido Santo Padre san Juan Pablo II que la lista ha crecido a pasos agigantados! En los 25 años de su pontificado, beatificó a 1,341 beatos y canonizó a 483 santos, ¡como si el tercer milenio fuera de un crecimiento exponencial!
Por su parte, el Papa Francisco "batió el récord" al canonizar, en el primer año de su pontificado, a los 813 mártires de Otranto, un pequeño pueblo del sur de Italia, martirizados por los turcos en 1480, que se festejan el 14 de agosto, como San Maximiliano Kolbe.
Esta canonización colectiva convierte a Italia en el país con más santos canonizados, seguido de cerca por Francia y España. Digamos que saben cómo hacerlo. Mamma mia...
Francia cuenta con más de 170 santos y 150 beatos. España ocupa el tercer lugar con 112 santos y 67 beatos. Le siguen Polonia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, etc.
El tiempo que transcurre entre la fecha de la muerte de los santos y la de su canonización es muy variable: desde Santa Clara de Asís, que en su funeral casi fue declarada santa por el propio Papa, autoridad de una talla diferente al Santo Subito de pueblos de todas las edades, pasando por los 5 años habituales -5 años acortados, sin embargo, para la canonización de San Juan Pablo II o Santa Teresa de Calcuta- hasta Santa Juana de Arco, cuya canonización fue después de casi 500 años... la política obliga.... Y no olvidemos a Santa Hildegarda, que finalmente fue canonizada "de hecho" en virtud de la veneración de los fieles por el Papa Benedicto XVI, más de 600 años después de su muerte, cuando fue proclamada Doctora de la Iglesia, una especie de canonización "equipolente", como se las llama...
Por eso, rodeados como estamos de una gran nube de testigos, no permitamos que nos roben la corona. Corramos con entereza la carrera que tenemos por delante. ¡Y apasionémonos por descubrir sus vidas! Que todos los santos sean para nosotros como las estrellas que anuncian la venida gloriosa de Aquel que nos hace santos, "porque yo, el Señor, soy SANTO".